jueves, julio 29, 2004

Sieg0.


Sieg0 por ti. (Graná)

Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser siego en Granada.
Francisco Alarcón Icaza

Escucha, mujer, atiende a este siego.
Ven y aprende el ritual conmigo
de morir la noche un poco,
abrazados por el rojo vino
y la caricia cálida del juego loco...
¡Échame algo en la mano que te tiendo!
Al menos, el perfil de tu cadera
o si acaso te sientes rumbosa
te pido incluso envejecer juntos
el resto de esta noche entera.
.-.-.-.-.
Te pido que te acuestes en la estera
que sabes caliente de mi vientre
y que te sirva de sábana mi boca
y que esta sea la muerte que te toca
por la simple razón de estar presente,
siego por ti, que a ti mendigo
la mejor limosna que te pido.
.-.-.-.-.
En el abrazo solo
piedra y silencio
la corteza de la soledad
como la savia asoma
en las cuencas
de los ojos
siegos
y aun así, presos,
encadenados a la fuerza,
lenguas brazos venas dedos,
como tentáculos
se adoran los cuerpos.
Rafael De Cózar

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